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Villas en Benitachell

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villa en benitachell · benitachell 485000€
Villa
Benitachell
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Ref. V2432C

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Benitachell
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Benitachell
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Ref. V2322

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Benitachell
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Ref. V2244C

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Villa
Benitachell
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Ref. V2097

En Montesinos disponemos de un amplio catálogo de villas en Benitachell que reúnen todas las condiciones que usted pueda estar buscando para vivir en este maravilloso lugar. 

Cualquiera de estas villas Benitachell disponen de todo lo necesario para que su vida en la Costa Blanca sea placentera y tener todo lo que usted desea. 

Una vida cómoda en una de las mejores zonas de la Costa Blanca con todo tipo de servicios y comercios cerca. 

Villas de primera construcción o villas de segunda mano en Benitachell, una de las zonas con mayor demanda de toda la Costa Blanca. 

Grandes ventajas de nuestras villas Benitachell

Todas las villas en Benitachell que le ofrecemos desde Montesinos tienen una serie de características que las hacen las más completas, cómodas y versátiles de toda la Costa Blanca: 

  • Materiales de primeras calidades. 
  • Acabados perfectos. 
  • Grandes habitaciones con baño. 
  • Salones y estancias con gran cantidad de metros cuadrados. 
  • Zonas ajardinadas exteriores con amplios espacios. 
  • Jardín con piscina. 
  • Inmejorables vistas del Mar Mediterráneo. 
  • Paradisíaco entorno natural. 

Tanto si busca una vivienda estable en la Costa Blanca como si lo que busca es una casa de veraneo, nuestras villas en Benitachell son la opción ideal para usted. 

Villas en Benitachell 

Si le gustan las zonas costeras, las playas limpias, los pueblos tranquilos y la comodidad de un municipio abastecido y alegre, sin duda alguna las villas de Benitachell le van a encantar.

En Benitachell, las costas, calas y lugares para bañarse al sol o relajarse con las olas están a tan solo 85 kilómetros del centro de la capital.  Como hemos dicho al principio de este artículo, no echará de menos las demás calas a las que haya podido ir, puesto que se trata de una zona llena de acantilados preciosos con calas como la de Llebeig, Almoraig o Tiestos.

En cualquiera de las villas que usted decida frecuentar, podrá disfrutar de todo el espacio que se brinda y las instalaciones que se precian. Piscinas, cocinas de gran espacio, habitaciones y suites y amplios espacios ajardinados en el exterior.

Le aseguramos que aquí encontrará sin lugar a duda el mejor repertorio de villas para disfrutar de la Costa Blanca.

Benitachell

También llamada cooficialmente como El Poble Nou de Benitatxell en su idioma de origen, el valenciano. Este municipio situado en la provincia de Alicante nos ofrece una tranquilidad propia de la Costa Blanca con un censo de 4000 personas y una naturaleza costera embriagadora.

Este municipio pertenece a la comarca de la Marina y vive por y para el turista. Su paisaje está cargado de calas y preciosas costas, así como de cuevas donde hacer submarinismo. Razón principal por la que acuden gran parte de sus turistas.  

La costa cuenta con una extensión de dos quilómetros sobre el mar Mediterráneo y una serie de acantilados que llegan a medir hasta 100 metros por encima del nivel marítimo. Entre ellos surgen preciosas calas como la de Llebeig y Almoraig, o la cala nudista de los Tiestos.

La localidad no solamente goza de calas y un precioso mar azul. También existen numerosos miradores desde donde deleitar la mirada con ricos paisajes agrícolas llenos de campos de almendros y viñas. Además, cuenta con una gran reserva natural en el Parque Natural del Macizo de Montgó, desde donde pueden avistarse Ibiza y el Peñón de Ifach o la Sierra de Bernia.

También se puede disfrutar de la famosa Iglesia de Santa María Magdalena. Ubicada en el punto más alto del núcleo urbano se construyó entre el 1710 y el 1774 este increíble templo religioso. Por fuera es austero y humilde, el material es de piedra tosca y la entrada es sencilla y equilibrada. No precisa de una gran ornamenta, pero por dentro cubre una rica ornamentación de oro. 

 Historia

En este municipio se detallan ya ocupaciones desde el paleolítico dentro de las cuevas del Moro y els Forats del Barranc de l’Asbardal, también se encuentran restos de la edad del bronce e incluso indicios de la civilización romana.

Benitachell como tal surge a partir de la edad del Bronce, pero empieza a recibir dicho nombre tras la conquista islámica en el siglo VIII d.C. Según esta versión, tras la ocupación, dicha ciudad recibe el nombre de “Benitagell”. La primera palabra, “beni”, significa hijo, pero “tagell” es una palabra de la que a día de hoy se desconoce su origen y significado.

En resumen, Benitachell siempre fue una tierra ocupada por diversas culturas a lo largo de su historia. Como es de esperar en esta clase de territorios dados al mar mediterráneo.

Actualmente este municipio está dotado de otras utilidades, ya no se trata de un punto estratégico de guerra ni tampoco de una zona comercial o cultural súper importante, hablamos de su importancia ya en un sentido más globalizado.

En los años 50 del siglo pasado Benitachell empezó a desarrollarse, así como todos los pueblos costeros de la península, a un ritmo frenético por la demanda de servicios turistas dedicados a aquellos europeos del norte que bajaban a visitar las tierras de España. Actualmente, por tanto, esta globalización ha llenado las costas y parajes de la Costa Blanca de turistas, pero también residentes extranjeros de avanzada edad que han decidido descansar y disfrutar de su jubilación plácidamente en la Costa Blanca. 

 Gastronomía

Sin embargo, aunque como hemos dicho no sea un lugar de grandes comercios, presume de una rica gastronomía por su zona costera y la instalación de huertos cítricos y de hortalizas.  Por tanto, encontramos buenos pescados servidos con platos de arroz caldoso, pucheros de pulpo y grandes paellas de marisco y carne típicas de toda la comunidad Valenciana. 

Los platos más reconocidos son: El Puchero Dominical, los “Calamars farcits amb blanquet”, el “Cruet” y el “Polp amb Penca”.

Además, también se añaden bebidas como el vino cultivado en las distintas cepas de uva de Moscatel que conforman el paisaje agrario y los vinos caseros, las pasas, el licor local y la mistela.

Por último, hacer un pequeño hueco a los postres. La repostería artesanal de esta ciudad no deja a nadie desinteresado pues los dulces más típicos son la “Coca-María”, un bizcocho exquisito que dejará a más de uno con ganas de más. “Els pastissets” y como no, la famosa “Mona de Pascua”, que a diferencia de cómo se hacen en Catalunya, su vecina del norte que prefiere el uso del chocolate, estas se cocinan y preparan con harina, sal, aceite, agua y pimientos, carne y huevo.